Una importante parte de los anticuados controles migratorios que dificultan el paso entre Guatemala y otros países aledaños está a punto de pasar a la historia. El Gabinete de Gobierno del presidente Óscar Berger ha decidido eliminar en 10 días las fronteras con El Salvador, con planes para proseguir a futuro eliminando las fronteras con Honduras y México.
La medida no significa que los controles migratorios de los otros países desaparecerán, pero es una medida que promoverá medidas similares, en busca de un libre paso entre la región centroamericana (dudo que México se una a la propuesta). Y por lo consiguiente se estaría dando muy buenos incentivos para el comercio y el turismo.
Guatemala y todos los países centroamericanos son muy pequeños ante las potencias mundiales, por lo que es absurdo seguir aislados y no pensar en bloque junto al resto de la región. Esta medida es un primer paso en busca de una integración centroamericana (Bueno, digamos que entre Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua).
Hay que tomar muy en cuenta el ahorro que se generará el gobierno, ya que tener fronteras implica costos que todos pagamos con nuestros impuestos, aparte que no representan ninguna ventaja, sino al contrario; las fronteras significan retrazos para el comercio e inconveniencias para el turismo. Estos dos elementos son importantísimos para que se genere en el país más oportunidades para sus habitantes. Claro que más de alguno alegará que esto podría promover el tráfico de actividades ilegales, mas la realidad es que estos controles no ayudan a evitarlo. Si realmente se quiere evitar, una policía más eficiente para controlar las carreteras sería la opción eficiente.
Más información de las medidas en Prensa Libre y Siglo XXI