El día de ayer, los titulares de los principales medios de comunicación de Guatemala comentaban del asalto “de película” en el banco Agromercantil el miercoles por más de un millón de quetzales. Las investigaciones iniciaron y ya localizaron luna de las camionetas utilizadas para cometer a fechoría.
Pero lo más triste de la historia es que se han dado cuenta que este asalto fue planeado en una de las prisiones del país. ¿Qué paso con la actividad reformatoria de estos centros? ¿Qué podría hacerse para evitar la corrupción en prisión donde alguién entra por un delito menor y sale instruido para dedicarse a peores actividades delictivas?
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