Amigos de Guatemala, ya se acerca Navidad. Estoy frente a los recuerdos pues en estos dìas al finalizar la època escolar, al finalizar las clases como decìamos, empezàbamos a esperar el dìa 24 de diciembre, la nochebuena, con una alegrìa tan hermosa, tan diferente a otras celebraciones en el año.
Cuànto han tenido que ver nuestras madres en esta evocaciòn. Recuerdo que en mi casa mi madrecita guardaba meses antes las càscaras de los huevos como un tesoro y en las vacaciones, por las noches cortàbamos cuadritos de papel de china rojo, le haciìamos caritas con añilina negra a las cascaritas, doblàbamos el papel formando un gorrito en pico y lo pegàbamos en la parte del orificio, luego con algodòn hacìamos la barba blanca de un Santa Claus, tambièn le hacìamos mejilas color rosa. Dios, que època màs hermosa cuando hacer el nacimiento era tema de conversaciòn ante las sugerencias de quienes formamos mi familia. Hay un año que recuerdo en especial, porque empezaban a ponerse arbolitos y supongo ahora, que eran caros y mi madrecita que por èse tiempo se habìa separado de mi padre contaba los centavos para darnos de comer, por lo tanto, dinero para comprar un àrbol no tendrìa Vivìamos cerca de un terreno donde habìa matorrales y ella saliò el mero 24 como a las 8:30 de la noche a cortar una hermosa rama de un arbusto que por supuesto no era ni pino, ni ciprès mucho menos pinabete . Con papel de china de colores (lo usaba mucho para hacer el cielo y nubes al nacimiento) cortò como listones y adornò aquella rama que pienso serìa como de un metro, fue a casa de una tìa nuestra, prima de ella y consiguiò le diera una serie de luces que les llamaba chilitos y tuvimos tambièn un àrbol de navidad. Ha sido para mì, EL ARBOL DE NAVIDAD MAS HERMOSO QUE RECUERDO cada año. Este serà el tercer año que ella no està en navidad con nosotros, y tambièn la tercera navidad que paso lejos de Guatemala. Vivo en España desde ell mismo año en que ella falleciò. Quise compartir con ustedes estas anècdota en homenaje a mi madre y tambièn para que evoquemos las navidades de nuestra niñez en nuetra preciosa patria en donde desde el dìa de las posadas “tututàcutu, tututàcutu” con el olor a ponche, a manzanilla y viendo las flores de pascua deseàbamos tanto que llegara el 24 para comer tamales, abrazarnos, quemar cohetes, rezar en ell nacimiento, etc. no era por abrir regalos,era porque habìa nacido el Niño Dios. Estoy segura que son muchos los que tendrìan èpocas navideñas que les acompañan cada año por la vida. Que los recuerdos hermosos de entonces hagan de èsta y todas las navidades y año nuevo una uniòn de familia llena de amor.
Compartan esos lindos recuerdos navideños que han tenido junto a sus seres queridos.