Sin importar que tan lejos o cerca estemos de nuestro país, jamás podremos olvidar el sabor de las tortillitas del comal echas a mano.
Sin importar cuantas maquinas existan para prepararlas rápido, jamás cambiaríamos esa forma tan guatemalteca de realizarlas. Jamás pueden faltar en un almuerzo, cena o porque no, con sal y limón. Presentes en nuestros alimentos siempre estarán, porque con el pasar de los años no olvidamos nuestras tradiciones, nuestra gente, nuestras costumbres, es por eso que tampoco olvidaremos nuestras fabulosas tortillas chapinas.
Se que muchos fuera de Guatemala extrañan esas tortillas calientes al estilo chapín, sabor que por nada del mundo podríamos cambiar. ¿Donde han comido las mejores tortillas?
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