Hoy leía una columna del periodista Sam Colop, en Prensa Libre, al respecto de uno de nuestros famosos: “¿Qué pasaría si…”
En esta ocasión, Colop lanza un par de interrogantes:
“Si Juan Carlos, “El Pin”, Plata utilizara su apellido Puac, ¿Sería igualmente aclamado por las multitudes?”
“Si Doroteo Guamuch no hubiera preferido que le llamaran Mateo Flores, ¿Tendría su nombre un estadio?”
Las interrogantes son variadas, curiosas y para nada descabelladas. Pero existen varios extremos motivados por la famosa “inclusión” que busca en muchos países, evidenciar claramente que no se discrimina en ningún ámbito.Algunas grandes corporaciones pretenden mostrar un abanico de colores cuando presumen de su organización, muy diversa culturalmente. Pero… ¿Es auténtica esta diversidad y el deseo de ser “incluyentes”?, ¿O es la simple intención de no verse envueltos en líos legales que los acusen de discriminación? ¿Cuál sería la respuesta de ustedes?
¿Qué tal si Ricardo Arjona tuviera el look del mismo Colop y el sentirse orgulloso de sus raíces lo motivaran a usar como nombre artístico “Ermelindo Ixquiac”?, ¿Continuaría siendo un ídolo musical para muchos de nosotros?, ¿Qué otras preguntas se les ocurren?