Un guatemalteco puede serlo, o tenerlo como vecino. Lo encontrará en el primer semáforo y subirá su ventana o no podrá sino “colaborar” pues el asiento en el pasillo no lo exoneró del pago.
Cantarán una canción, cuidarán el carro o limpiarán sus vidrios, podrán incluso perseguir a una transeúnte mientras pasa al otro lado de la calle, sólo, para pedir “ayuda”.
Más de alguna vez nos habremos visto envueltos en una conversación al respecto de ¿La ayuda contribuye a formar un mejor país?, ¿Existen excusas o explicaciones para no colaborar?
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