La energía eléctrica, el agua, la salud, el transporte, la comida…
Claro, aquí y en la mayoría de lugares, todo se paga. Las cuentas llegan mes a mes si la billetera no llora en cada ocasión que el hambre o el ego llaman a la puerta de las ganas.
Hace algunos dìas conversaba con don Rigo “Beto” Mollejas (el simpático guía de turismo en Takalik Maya Lodge, paradisíaco lugar del que les hablaré detenidamente en unos días), mientras me mostraba lo bello de este Edén chapín que nos han regalado, Rigo confesó el motivo por el que regresó a El Asintal, Retalhuleu, luego de su corta estadía por la ciudad de Guatemala laborando como operario de una maquila.
Beto nos mostró una fresca cascada y frutas frescas, nos llevó a compartir aire fresco y tranquilidad invaluable… cinco minutos después de un tranquilo silencio, afirmó: “Por eso regresé a mi casa, porque allá todo se paga, aquí tengo lo que necesito, Dios me regaló”.
Nuestro amigo no necesitó ser Henry David Thoreau para demostrarnos que:
“El hombre más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos”
“That man is the richest whose pleasures are the cheapest”.