El alcalde de la ciudad de Guatemala fue reelecto, otros 4 años para el señor Alvaro Arzú, de quien diremos que en 25 años estuvo en puestos demasiado clave (alcalde de la capital y presidente de la república) 16 de ellos, sumado a haber sido Ministro de Relaciones Exteriores con Serrano Elías, bueno sí, bien metido pues.
Importante personaje de la historia contemporánea del país, sin duda alguna la Firma de la Paz será recordada como su más importante empresa, del Transmetro quién sabe que se diga en el futuro, pero su ingerencia en el poder nacional no puede pasarse por alto.
Este importante miembro de la oligarquía guatemalteca festeja nuevamente, a sus 61 años, la popular concesión de poder que los capitalinos le dan. Difícil determinar qué representa su reelección, su perfil político es bastante sólido, por supuesto dentro de sus más criollos y neocolonialistas márgenes, y tiene buena experiencia en la silla edil, sin embargo, a los que habitamos esta agitada y neurótica ciudad nos queda la duda, el devastador problema vehicular y sus despóticos capataces de Emetra, el bastante deprimente servicio urbano (transmetro es una muy buena excepción pero todavía está en veremos), el abastecimiento de agua, iluminación, estado de las calles, bueno para ir lo más obvio, a cualquier alcalde todo esto le representa un buen reto, al señor Arzú también, pero… y la competencia.
Viéndolo hacia atrás, el PAN de Berger alcalde y el Unionista de Fritz son los partidos que Arzú ha liderado en su momento, una visión simplista de todo esto indica que la Municipalidad de Guatemala no ha cambiado de rumbo en estos 20 años, bueno 24 para cuando termine este período, en este preciso momento es inútil pensar en un cambio de rumbo radical, faltan 4 años para poder hacer algo así, por lo pronto la cada vez más heterogénea Corporación Municipal capitalina muestra contrastes interesantes, habrá qué esperar, pero no mucho.