En el departamento de Quiché, aproximadamente a 140km de la ciudad de Guatemala se encuentra el incomparable Chichicastenango, como fue nombrado este poblado Maya-Quiché debido a la existencia del “chichicaste” (una planta con espinas encontrada en algunas regiones del país).
Cerca de muchas bellezas naturales quichelenses, Chichicastenango ofrece a sus visitantes un ambiente fuertemente cargado de la cultura autóctona guatemalteca debido a diferentes hechos. Por ejemplo, todos los jueves y domingos, la plaza chichicasteca se convierte en un interesante mercado donde el comercio de textiles, artículos de cerámica, joyas y otras hermosas e interesantes artesanías toman protagonismo entre miles de indígenas y hasta cientos de turistas visitantes.
Por otro lado, la Catedral de Santo Tomás, erigida en 1540 por sacerdotes dominicos, permite apreciar extraordinarias manifestaciones de fe que mezclan las creencias indígenas con las impuestas por los colonizadores españoles. En estos cultos religiosos, los fieles queman copal (incienso) y rezan desde las escalinatas del templo antes de ingresar, donde encontrarán piso de piedra cubierto con hojas de pino para luego encender velas junto a algunas hierbas o el fruto de sus parcelas.
Un dato sumamente interesante es el hecho de que en el interior de este templo, el Padre Francisco Ximénes encontró el manuscrito del Popol Vuh (considerada por algunos como “La Biblia de los Quichés”) en los primeros años del siglo XVIII.
A pocos minutos caminando, se encuentra el monumento Pascual Abaj. Esta escultura antropomorfa que mide aproximadamente 60 centímetros de alto y cuyos orígenes se estiman en la era precolombina, es ampliamente venerada por los habitantes de puelos vecinos. Quienes acuden a este interesante lugar encienden velas y queman copal mientras rezan devotamente solicitando salud en su familia y bondadosas cosechas.
La feria de Chichicastenango se celebra en la tercera semana de diciembre y pueden admirarse las cofradías con sus impresionantes ritos religiosos y trajes tradicionales además, el famoso “palo volador” sirve como eje de una de las tradiciones más impresionantes del país.