¿Recuerdan esa campaña? Revivámosla.
Es terrible ir por las carreteras de nuestro país y tener que esquivar con nuestro vehículo las latas de gaseosas, envases plásticos de jugos, bolsas plásticas y demás residuos que son arrojados desde las ventanillas de buses en movimiento.
Es aún más terrible ver como los niños se deshacen del empaque de sus ricitos justo afuera de la tienda donde los compraron tirándolos a las banquetas sin que los padres digan nada.
Detesto llegar a alguno de los maravillosos rincones naturales del país y descubrir que no existe un basurero para los visitantes generando que se amontone la basura en algún rincón que no es precisamente el más adecuado ni el más higiénico.
Y lo peor siempre será encontrar un nuevo barranco o terreno baldío que ha sido invadido no por personas sino por sus desperdicios.
Hace unos años hubo una campaña bastante agresiva contra este problema de nuestra cultura: NO SEA COCHE! mencionaba la misma y siempre la tengo en mi mente.
Por qué nuestro país se está deteriorando día a día por la falta de lugares adecuados para depositar la basura y la falta de interés de la gran mayoría por vivir en un lugar limpio.
A las diferentes municipalidades una invitación a que colaboren en la implementación de más basureros en lugares públicos. Y a todos los hermanos chapines una exhortación a que no tiremos basura. Si no hay donde tirarla guardémosla y llevémosla a un basurero en nuestra casa.
NO SEAMOS COCHES. La belleza de nuestro país merece ser conservada.